A causa de intensas heladas, los agricultores y agricultoras de la comunidad campesina Nuevo Occoro, ubicada en el distrito del mismo nombre, provincia de Huancavelica, (Huancavelica), sufrieron graves pérdidas de sus cultivos, hecho que los ha sumido en una dramática situación.
La agricultora Celia Gonzales Rojas, perdió el 95% de sus sembríos de papa, oca y mashua. “La helada ha afectado a toda nuestra comunidad y nuestro único sustento es la chacra, sembramos una sola vez al año para autoconsumo y para vender, somos agricultores familiares. En mi caso, tengo media hectárea, invierto en semillas y mano de obra, y ahora lo perdí todo, la papa, la oca, la mashua, solo se salvó el haba porque está en la etapa de florecimiento” detalló la agricultora.
Los productores agrarios de Nuevo Occoro optaron por varios métodos domésticos para contrarrestar los perjuicios, como encender pequeñas hogueras al filo de los cultivos de papas, pero no ayudaron para aminorar los daños que causan las heladas. También las autoridades locales entregaron remedios para fumigar los cultivos, pero no sirvió de nada.
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Seguridad alimentaria en riesgo
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Celia Gonzales informó que los retornantes por la pandemia también se dedicaron a la agricultura, y dada la dramática situación, migraron a otras regiones en busca del sustento para sus familias, porque esta en riesgo la seguridad alimentaria de toda la población de Nuevo Occoro.
“Ya no hay seguridad alimentaria porque ya no es estable el clima, hay sequía, hay granizada, hay helada; con esta inestabilidad por el cambio climático, los cultivos que son nuestro alimento se pierden, se malogran, qué vamos a comer ahora, cómo vamos a mantener a nuestros hijos” dijo la dirigente comunal.
La agricultura de esta zona altoandina depende de las lluvias. No hay otra forma de obtener agua para el riego de las chacras, por ese motivo, están solicitando a las autoridades locales la instalación de un sistema de riego automático por aspersión.
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Por la pandemia, organización de mujeres perdió sustento económico
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En las comunidades altoandinas, ubicadas a más de 3,500 metros sobre el nivel del mar, hay escasa producción de hortalizas, por lo tanto su consumo es limitado. Sin embargo, la instalación del horticuy les ayuda a mejorar su dieta alimenticia y también su economía. Ese es el caso de la organización de mujeres, Kausachun, que tiene 21 miembros.
El horticuy consta de un galpón de abobe techado con calaminas transparentes; en el interior tiene 2 plataformas de madera donde se producen hortalizas y se crían cuyes.
“La municipalidad de Huancavelica nos entregaba arroz, menestra, anchoveta, y complementábamos con hortalizas y verduras los almuerzos de más de 60 niños y niñas. El plato de comida tenía un costo de 1 sol, pero como se suspendieron las clases para evitar el contagio del COVID19, ya no hay venta, no hay ayuda para las madres de la organización de mujeres” finalizó Celia.
Para combatir la anemia y desnutrición infantil es de vital importancia que los niños y niñas consuman alimentos nutritivos de origen animal y vegetal.