En el marco de la campaña: #Si el agro produce, la ciudad se alimenta, conversamos con Giovanna Vásquez Luque, socióloga y gerenta de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro). En la entrevista, la dirigenta gremial, habla sobre la situación de la agricultura familiar y su papel en la emergencia sanitaria por la COVID-19, la invisibilidad del sector rural pese a que el 70% de los alimentos que consumimos vienen del campo, advierte sobre el riesgo que corre la campaña agrícola del 2021, por la descapitalización del agricultor.
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P. ¿Cuál es la situación de los productores y productoras de la agricultura familiar en este contexto de pandemia de la COVID-19? Hablamos de 2 millones 200 mil familias.
R. Desde que comenzó la pandemia los productores no pararon, siguieron en sus chacras produciendo, pero cuando comenzaron a tener problemas de movilidad el impacto fue brutal, y eso ocasionó que muchos productores perdieran la cosecha o que la vendieran en chacra a precios muy bajos que no permitían la recuperación de lo que habían invertido. Por ejemplo, la papa se ha vendido en chacra entre 20 y 25 céntimos el kilo, eso para la inversión que ha hecho un pequeño productor es terrible; entonces, los productores se están descapitalizando, por eso están vendiendo en algunos casos su ganado justamente para poder tener efectivo que les permita encarar la siguiente campaña.

P. ¿Además de la papa qué otros cultivos se han perdido?
R. Hemos levantado la problemática que tienen los productores de papa porque es un cultivo emblemático, pero entiendo que los compañeros del arroz también tienen serios problemas, igual los compañeros y compañeras que venden cacao, café, casi todos los cultivos han sido afectados, y ahí creo que también ha golpeado muy duramente a estos productores en este escenario los tratados de libre comercio que el Perú tiene firmado, han impactado fuertemente en la competitividad, la competencia que hay con productos del extranjero que tienen otro tipo de beneficios en sus países de origen.
P. ¿Con la pérdida de cultivos y la descapitalización de los agricultores no se descarta entonces un desabastecimiento de alimentos en la ciudad de Lima?
R. Creo que ahora habrá que ver con cautela cuáles son las encuestas de intención de siembra y cuáles de estas encuestas de intención de siembra que hace el Ministerio de Agricultura se cumple para poder tener un panorama completo, pero nosotros vemos con muchísima reserva la posibilidad que haya una campaña importante en los meses siguientes, y que esta campaña vaya a cubrir la necesidad alimentaria en Lima.
P. ¿Hay que recordar que organizaciones como la FAO, Cepal, las agencias de Naciones Unidas, advierten de una hambruna en la región, en América Latina?
R. Yo siento, por ejemplo, que, en el caso peruano, este no es un aspecto que sea de importancia primaria para nuestras autoridades. Lo menciono porque cuando me reuní con el ex premier Vicente Zeballos y le consulté sobre el tema, su respuesta fue que iban a esperar los resultados de las encuestas de intención de siembra y, de acuerdo a eso, iban a verificar si es que faltaba alimentos, o no faltaba alimentos; entonces nosotros vemos con mucha reserva la siguiente campaña.
P. ¿Y el Ministerio de Agricultura Y Riego, sigue con el discurso “estamos haciendo canales”?
R. Están invirtiendo esencialmente en el tema de riego que me parece muy bien, porque sin agua no hay agricultura, pero no es el aspecto medular, hay que ver la posibilidad que los productores tengan acceso a financiamiento, sino con qué dinero van a sembrar.
P. ¿Cómo se explica que los productores agrarios que alimentan a la ciudad, pasen por este mal momento?
R. Creo que uno de los grandes problemas es la invisibilidad del aporte del sector rural para los propios gestores de las políticas públicas. Esta invisibilidad va acompañada de un desconocimiento de cuáles son sus prioridades, la problemática que tienen los pequeños productores, y también veo que hay una gran invisibilidad para la propia población, es decir, cerca del 70% de los alimentos que consumimos en las ciudades provienen de estos productores y productoras del campo a quien nosotros no reconocemos.
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La campaña Si el agro produce, la ciudad se alimenta es una iniciativa impulsada por el CEPES en alianza con CONVEAGRO, el Grupo Propuesta Ciudadana y DESCO. Es posible gracias al apoyo de Pan para el Mundo, Diakonía, Eclosio y la International Land Coalition, a través de la Plataforma para la Gobernanza Responsable de la Tierra. |