Contenido originalmente publicado por Caretas.
El presidente del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), comenta sobre la crisis alimentaria que vive el país desde hace décadas, la misma que aumentará en 2023. Además, señala que la concentración de ciertos países que exportan gran cantidad de alimentos al mundo, tienen el “poder” para determinar los precios del mercado internacional, así como el abastecimiento de ciertos productos.
CARETAS conversó con Fernando Eguren, presidente del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), acerca de la crisis alimentaria que padece el país desde hace años y como esta problemática aumentó durante la pandemia del Covid-19 y se estima que puede empeorar para el 2023.
“Ya no se puede hablar de problemas alimentarios nacionales sin referirnos a lo que está ocurriendo en el mundo. Y una de las cosas que está ocurriendo sobre las cuales poco se debate en realidad es que hay una concentración de poder en varios eslabones muy importantes del sistema alimentario”, explica.
Además, precisa que la concentración de ciertos países que exportan gran cantidad de alimentos al mundo, tienen el “poder” para determinar los precios del mercado internacional, así como el abastecimiento de ciertos productos.
Eguren, también recordó que, en el Perú, existe un problema que no es están visto, como es el desperdicio y pérdida de cultivos y de alimentos, que son dos conceptos diferentes. “Se pierden alimentos cuando, por ejemplo, en el transporte de la chacra al mercado se hace un mal transporte o hay huelga y tienen que estar las frutas tres o cuatro días varadas. Entonces, se pierde, se malogra, llegan en mal estado, esa es la pérdida”.
“Luego hay lo que es el desperdicio que es, por ejemplo, un supermercado escoge los tomates más bonitos y el resto lo bota o los restaurantes que botan parte de la comida o nosotros mismos, en las familias que no comemos todo lo que lo que hay disponible comida”, agrega.
En ese sentido, señaló hay un estudio sobre el Perú, que ha sido publicado en 2021, que indica que el 47% de los alimentos que se producen en el país se desperdician o se pierden.
En otro momento, también menciona la importancia de las iniciativas sociales, como los comedores populares, pero sobre todo el alcance e importancia que han tenido las ollas comunes lideradas por mujeres.