En la siguiente entrevista, Mario Ramos Cabrera, presidente de la Asociación de Productores de Algodón APAL-ICA, describe la difícil situación que viven los pequeños agricultores por la pandemia; también informa sobre la campaña 2020-2021, y el riesgo de mermas en la cosecha porque cerraron las compuestas de Choclococha.
.
¿Cuál es la situación de los productores algodoneros en el contexto del COVID-19 en el valle de Ica?
R. La situación de los productores algodoneros iqueños ya era mala desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, y todo se agravó con la pandemia por el COVID-19. Y es que en los meses de marzo y abril todavía en la provincia de Ica se estaba terminando la cosecha de algodón de la campaña 2019-2020, y no se ha podido salir a vender a la ciudad. Después el precio de la semilla se disparó, también de los fertilizantes, los insecticidas, todo subió; a la fecha, los agricultores nos hemos visto perjudicados y abandonados por el Gobierno.
.

Pese a la indiferencia, han instalado la nueva campaña 2020-2021 ¿Cómo han hecho?
R. Con nuestras familias hemos tenido que hacer un doble esfuerzo para instalar lo que es la nueva campaña 2020-2021, porque si dejamos pasar la fecha de siembra prácticamente los campos se quedarían abandonados y, si no se siembra, los agricultores de dónde sacan los recursos para mantener a su familia. Además, como abastecemos los mercado locales, se generaría todo un desabastecimiento del algodón, también de frutales y pan llevar, porque el pequeño agricultor provee la mesa de la población con toda su producción.
.
¿A cuánto cayó el precio del quintal de algodón en comparación con otros años?
R. En el año 2001 el precio del quintal del algodón era de 135 soles, y en los meses de cuarentena hemos vendido al mismo precio, imagínese igual que hace 19 años, y la canasta básica familiar se ha incrementado, el costo de vida se ha ido por las nubes, y nosotros hemos vendido nuestra producción a un precio de regalo; y a eso súmele la competencia desleal cuando el Gobierno importa algodón que llega subsidiado de sus países de origen.
¿Entonces los pequeños productores están descapitalizados?
R. El costo de producción del algodón por hectárea en el valle Iqueño bordea entre los 7 y 8 mil soles, y con 55 quintales por hectárea no estamos cubriendo ni siquiera el costo, eso significa una gran pérdida para el bolsillo de los algodoneros, pero seguimos cultivando porque Ica es un valle que sufre de agua, entonces, el cultivo de algodón es resistente a la sequía, con 3 riegos estamos sacando producción.
Hace poco cerraron las compuertas de Choclococha ¿habría problemas con el cultivo del algodón?
R. Los agricultores de la parte baja, como San Agustín, San Jacinto, hemos estado esperanzados de esas aguas para que lleguen a nuestros canales y, sin embargo, de un momento a otro, el agua se secó, y no nos han dado las explicaciones del caso, es más los agricultores hemos tenido los recibos ya pagados ante la junta de usuarios y a la fecha nos hemos dado con la ingrata sorpresa que no hay agua, prácticamente los cultivos se van a secar, se van a perder, nos va originar mermas en la cosecha porque estamos en el momento de mayor necesidad del recurso hídrico. Entonces, una vez más los agricultores somos relegados, burlados y olvidados, por eso, próximamente estaremos convocando a una marcha a nivel nacional encabezada por la Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO) para que se respete el derecho de acceso al agua para el riego de los cultivos de los pequeños agricultores.
.
Amedrentan a trabajadores de la ANA cuando intentan fiscalizar a empresas agroexportadoras
.
¿Cuáles son los problemas generados con el boom agroexportador?
R. Los agroexportadores tienen la preferencia de las aguas de la laguna de Choclococha, tienen la preferencia de las aguas temporales del río Ica, y tienen los mejores pozos de agua, en comparación con los pequeños agricultores que, si intentan perforar un pozo, viene la unidad local de agua y te multan. Hay una diferencia abismal en lo que es la agricultura de agroexportación que tiene en la Ley de Promoción Agraria 5 tipos de subsidios disfrazados, mientras los pequeños agricultores, por ejemplo, tenemos anuncios de fondos de créditos como FAE-Agro que nunca llegan, y ya estamos en la cosecha de algodón; un crédito a destiempo es una pérdida.
¿Cuál es su opinión sobre la fiscalización de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) en predios de los agroexportadores?
R. La Autoridad Nacional del Agua tiene el deber de hacer la fiscalización, el problema es que mandan a profesionales jóvenes, y cuando tocan la puerta al agroexportador, el guardián simplemente les dice que no pueden ingresar y se acabó, y cuando el joven quiere hacer prevalecer su autoridad, inmediatamente lo denuncian al poder judicial. Hay varios casos, luego pierden el puesto de trabajo y quedan con un problema judicial interminable, es la manera en que amedrentan a la autoridad.
¿Qué solución se debe dar a nivel del gobierno central y regional?
R. Los pequeños agricultores nos sentimos estrangulados por parte de las empresas agroexportadoras. Ellos de un momento a otro compran dos o tres parcelas y se asientan al lado de la chacra de los pequeños agricultores, cierran los caminos, cierran la acequia, ponen su cerco y empiezan a explotar el acuífero, y las parcelas se secan, es un tema que los pequeños agricultores necesitamos que se atienda, y es que la escasez del recurso hídrico nos tiene agobiados.
Este contenido fue generado en alianza con CODEHICA y forma parte de la campaña Si el agro produce, la ciudad se alimenta. Una iniciativa impulsada por el CEPES en alianza con CONVEAGRO, el Grupo Propuesta Ciudadana y DESCO. Es posible gracias al apoyo de Pan para el Mundo, Diakonía, Eclosio y la International Land Coalition, a través de la Plataforma para la Gobernanza Responsable de la Tierra. |