
Hay un contraste entre los llamados de alerta de organismos intergubernamentales, como CEPAL, FAO y el PMA, que reclaman de los gobiernos la declaratoria de estados de emergencia alimentaria, y el comportamiento pasivo del gobierno peruano, respecto de los riesgos de ocurrencia de una crisis alimentaria.
Tres de las manifestaciones de esta pasividad son (a) la escasa información que el gobierno ofrece sobre la evolución de las diferentes facetas de la cuestión alimentaria; (b) la nula búsqueda de interacción por parte del gobierno con organizaciones de base que vienen actuando desde hace décadas en atender situaciones de emergencia alimentaria, como los programas de Vaso de Leche y los comedores populares; (c) la inexistencia de un Comando especializado que esté atendiendo el tema alimentario en su integridad, que obtenga información cotidiana, que la analice y que proponga al Ejecutivo las medidas que hay que tomar en el corto y en el mediano plazo.
La opinión pública no reacciona pues, mal que bien, los mercados están hoy relativamente bien abastecidos, y no conoce la complejidad del sistema alimentario. Es preciso que esta sea más sensible al problema, lo que ha impulsado a CEPES a iniciar la campaña “Si el agro produce la ciudad se alimenta”.
La campaña contará con testimonios de agricultores y agricultores desde diversas regiones del país, videos, gráficas e infografías explicativas sobre la problemática de la agricultura familiar, artículos de opinión y entrevistas, que compartiremos durante los próximos meses.