Mirada rural Testimonios

La producción de alimentos ha sido a costa de la descapitalización de los agricultores

En marzo de 2019 la cuarentena obligatoria, como parte de la política sanitaria del Gobierno para contrarrestar la propagación de la COVID-19, paralizó las actividades de los productores de alimentos de la agricultura familiar.

Desde Cepes, a través de la plataforma “Mirada Rural”, presentamos testimonios de cómo las familias agricultoras fueron golpeadas por la pandemia: el aislamiento; mercados, ferias y restaurantes cerrados; el transporte de los productos estuvo lleno de obstáculos; etc. También por la ausencia de lluvias y sequía, los agricultores familiares se empobrecieron más.

Sin embargo, pese a que millones de familias se quedaron sin ingresos, la producción de alimentos se mantuvo. ¿Como fue posible?

Campaña ¡Apoyar las iniciativas populares contra el hambre!

En el marco de la nueva campaña, recogeremos testimonios de agricultores y agricultoras, que responderán la pregunta.

Esta nueva campaña ¡Apoyar las iniciativas populares contra el hambre! busca llamar la atención sobre la capacidad de iniciativa mostrada por las poblaciones vulnerables urbanas, así como promover la producción agrícola, y las compras de alimentos por el Estado a la agricultura familiar, que se orientarán por ejemplo hacia las Ollas Comunes.

“Vamos parchando con préstamos”

A continuación, presentamos el primer testimonio.  Cornelio Gonzales Jaramillo, es uno de los 500 agricultores que viven en la Comunidad Campesina de Pamparomás, en Huaylas, Ancash.  En su parcela de 3 hectáreas produce paltas y duraznos, pero también productos de pan llevar como papa, trigo y cebada.

Cornelio Gonzales entre sus cultivos. Foto de su archivo registrada en Huaylas, Áncash.

“Cuando no había pase para los grandes mercados de Lima o Trujillo, por el tema del contagio, la mayoría de los agricultores no hemos podido vender nuestros productos. Por ese motivo se podrían en el campo; perdimos nuestras cosechas, de ahí venimos arrastrando una situación muy crítica” señaló Cornelio.

Estos problemas pasaron factura a cientos de miles de pequeños productores que casi no han recibido ingresos por sus cultivos y tuvieron que vender sus animales, alimentarse con las semillas guardadas para la siguiente campaña, acudir a prestamistas en condiciones desventajosas, etc.

“No hemos podido acceder al FAE-Agro, a los bonos. Vamos parchando con préstamos a través de familiares que viven en las ciudades, los animales se tienen que sacrificar, porque no podemos cruzarnos de brazos. Ahora necesitamos comprar nitrato para aplicar a las plantas, el año pasado costaba 65 soles y ahora está a 135; un saco de amonio costaba 95 soles el más caro, y ahora bordea los 200 soles, y tenemos que comprar 30 hasta 50 sacos para poder trabajar la campaña. Hemos jalado de donde sea, como se dice, para la campaña 2021, sin embargo, no hubo ganancia, en este momento no sabemos qué hacer” finalizó Cornelio Gonzales Jaramillo.

¿Esta descapitalización agraria tendrá consecuencias para la próxima campaña agrícola? Todo indica que sí.

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