Actualidad Autores Miguel Pintado

Coyuntura, precios y seguridad alimentaria en el Perú: ¿riesgos en la disponibilidad?

Por Miguel Pintado, investigador del Cepes

A más de un mes iniciado el conflicto Rusia-Ucrania, uno de los efectos que quizá viene causando una mayor preocupación en los últimos días es el relacionado al tema alimentario. Ello, principalmente por dos motivos. En primer lugar, porque nuestra oferta alimentaria está compuesta no solo por la producción nacional, sino también por la participación de las importaciones. Según los últimos balances alimentarios de la FAO (2019), nuestro país tiene una dependencia externa del 21% en alimentos de origen agrícola; sin embargo, en algunos grupos de productos y productos específicos esta dependencia salta notablemente tal y como es el caso de los aceites (69%), nueces (80%), cebada (47%), maíz (72%), avena (83%) y el trigo (99%). Al elevarse los precios de estos productos en el mercado internacional (cosa que ya se está dando), nuestras importaciones se encarecen generando presiones en los costos internos y, finalmente, en los precios finales pagados por el consumidor. El segundo motivo de preocupación tiene que ver con la parte de la oferta alimentaria que es cubierta con la propia producción nacional. Y es que la coyuntura actual también puede afectar nuestra producción y los precios finales de forma indirecta: a través del uso de insumos agrícolas, en particular, la urea. El precio internacional de este insumo no ha dejado de elevarse desde el inicio del conflicto causando preocupaciones no solo en la agricultura nacional, sino también internacional. En el caso particular de nuestra agricultura, el uso de fertilizantes es bastante difundido, puesto que, según el último censo agropecuario, seis de cada diez productores lo utilizan en su producción.

Esta situación nos lleva a preguntarnos ¿qué implicancias puede tener para nuestra seguridad alimentaria estas dos preocupaciones derivadas del contexto internacional? Por el lado de la primera preocupación, parece ser claro que los efectos son casi inmediatos, en tanto que los flujos de importaciones se encarecen cada vez más generando presiones en los precios del mercado interno. La incertidumbre viene más por el lado de la segunda preocupación. Al encarecerse el principal insumo de uso agrícola en nuestro país, probablemente muchos agricultores dejen de sembrar parte de sus parcelas o, en su defecto, pueden mantener sus parcelas, pero reduciendo su uso de urea. En ambos casos, el efecto final es el mismo: reducción de la disponibilidad de los alimentos para uso interno.

Para darnos una idea de estos impactos en la producción nacional, hemos realizado una estimación para cuantificar qué tan importantes son los fertilizantes en la determinación de los rendimientos agrícolas. Para tal fin, nos centramos en tres líneas de cultivo que son de importancia crucial en la oferta agrícola de nuestro país: el arroz, el maíz y la papa (juntos representan alrededor de la tercera parte de la oferta alimentaria, excluyendo importaciones, de origen agrícola). A partir de la Encuesta Nacional Agropecuaria más reciente (ENA 2019), planteamos un modelo sencillo que nos permitió capturar qué efectos tiene sobre los rendimientos la utilización de fertilizantes químicos[1]. Puesto que la fertilización no es la única variable que afecta los rendimientos, incluimos también otros factores que permiten explicar los cambios en los rendimientos, a saber: los años de experiencia del productor, el nivel de estudios, la escala de producción, el número de parcelas, el acceso al riego, el uso de semillas certificadas, el uso de plaguicidas, el uso de información agropecuaria, acceso a capacitación y la recepción de asistencia técnica. Los resultados obtenidos muestran que el uso de fertilizantes es el determinante más importante de los rendimientos del arroz y la papa, y el cuarto más importante para el caso del maíz. En el caso del arroz, el uso de fertilizantes aumenta en 35% el rendimiento promedio; en la papa; el 20%; y en el maíz, el 14%. Otros factores que también tienen un impacto importante en los rendimientos del arroz, el maíz y la papa, respectivamente, son el acceso al riego (24%; 24%; 11%), el uso de semillas certificadas (4%; 125%; 9%) y el uso de plaguicidas (6%; 35%; 6%). En otras palabras, el componente de adopción de tecnologías cumple un rol fundamental en el desempeño productivo de las líneas de cultivo analizadas.

En resumen, la reducción parcial o total del uso de fertilizantes, presionada por el fuerte incremento de su precio en el mercado internacional, tendrá repercusiones en la disponibilidad interna ya sea por menores superficies cultivadas o por reducciones en los rendimientos. Por otro lado, en lo que a rendimientos se refiere, hemos corroborado que, además del uso de fertilizantes, también otros insumos modernos son factores claves en el nivel de rendimientos de los cultivos analizados por lo que, si la coyuntura global también presiona sus precios al alza, los efectos se irán multiplicando, llegando a deprimir aún más los rendimientos. Esta hipótesis cobra especial relevancia, puesto que por lo general el uso de semillas certificadas y plaguicidas son tecnologías que se utilizan de manera conjunta. En ese sentido, al encarecerse cualquiera de ellas, se reducirá el uso de ambas.

Por último, las repercusiones vistas en nuestra agricultura nacional son también replicables en las otras agriculturas del mundo. El encarecimiento de los diferentes insumos agrícolas también está generando sobrecostos en la producción fuera de nuestro ámbito nacional, por lo que la disponibilidad mundial también puede estar en riesgo. Ya sea desde nuestra agricultura o desde la foránea, los desequilibrios económicos generados por la coyuntura de conflicto ya están teniendo impactos en las superficies de cultivos, los rendimientos y, por consiguiente, en la disponibilidad alimentaria global.


[1] Según la ENA 2019, la tasa de uso muestral de fertilizantes químicos en la producción de arroz, maíz y papa son del 64%, 34% y 55%, respectivamente. Esta tasa de uso es aún mayor en los tres cultivos (89%, 55% y 76%) si solo se consideran los segmentos de agricultura que están vinculados al mercado, es decir, aquellos en donde parte parcial o total de su producción es destinado a la venta.

1 comentario

  1. Es latente el problema de los agricultores; la falta de semillas, la dependencia de los fertilizantes, de productos importados, etc.Más aún en esta coyunrura, el conflicto Rusia y Ucrania, que trae como consecuencia la suba de del precio de los fertilizantes y probable escazes de artículos de primera necesidad. Pero es curiosos, por un lado se promociona la produción de productos sanos y saludables y la manera de obenerlos sin el uso de fertilizantes y pesticidas sintéticos pero, por otro lado, se habla del uso de fertilizantes sintéticos como la urea por ejemplo. En Puno, donde radico, trabaje en un programa orgánico de quinua y como tal el uso de estos fertilizantes sintético (valga la redundancia) no esta permitido. Pero, para esto se tuvo que capacitar a los productores a elaborar fertilizantes y otros productos con insumos y desechos de cosehas. Todas estas experiencias se tiene alojadas en una Plataforma Virtual de Diseminación, la cual fue trabajada en el Proyecto Intensificación Sostenible de la Agrucultura Familiar en Perú y Bolivia, donde se han “colgado” 57 Alternativas Tecnológicas relacionadas a actividades; agricolas, pecuarias, transformación, etc. el link para ecceder a esta información es: http://www.cirnma.org.

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