Según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), existen más de 4.000 Ollas Comunes en 14 regiones del Perú. Lima concentra más del 70% de ellas.
Fortunata Palomino, presidenta de la Red de Ollas Comunes de Lima Metropolitana, señala que la crisis agroalimentaria ha golpeado a las ollas comunes, que son claves para resistir el hambre en las zonas más vulnerables del país.
En esta coyuntura la dirigente resalta la importancia de los huertos urbanos y la producción de abonos orgánicos como una solución para enfrentar la crisis de los fertilizantes sintéticos.
La Red de Ollas Comunes de Lima emitió un comunicado a favor de los abonos orgánicos para enfrentar la crisis de fertilizantes. ¿Por qué consideran importante priorizar este tipo de abonos?
Las mujeres que integran las ollas comunes han aprendido a trabajar los huertos urbanos destinados al cultivo de verduras, hortalizas, legumbres, entre otras variedades domésticas muy importantes para una alimentación sana. En esa línea -frente al incremento del precio de los fertilizantes- también reconocemos y valoramos los abonos orgánicos que mejoran la calidad del alimento, y por eso estamos pidiendo al gobierno que los promocione y que realice una campaña a nivel nacional para ampliar su uso. Si el abono orgánico tiene tantos beneficios no creo que los agricultores deban pagar un precio muy alto por los fertilizantes químicos, además antiguamente nuestros ancestros nunca utilizaron los fertilizante sintético o artificial, pero sí estiércol, humus de lombriz, etc. Tenemos que incentivar el uso de abonos orgánicos en la agricultura familiar para que podamos comer directamente de nuestra chacra, de nuestros huertos urbanos.
Paralelamente a los huertos urbanos, ¿qué están haciendo para conseguir verduras frescas?
El trueque, es decir entre las ollas comunes intercambiamos espinaca, lechugas, beterraga, zanahoria, arveja y otras verduras. Eso hemos puesto en práctica porque no tenemos presupuesto, para balancear el plato de comida, porque la canasta de Qali Warma trae arroz, fideos, aceite y otros productos procesados. Entonces para entregar una comida nutritiva necesitamos verduras y pollo, por ejemplo.
¿Pero ya se reglamentó la Ley 31458, que reconoce la sostenibilidad y el financiamiento de las ollas comunes y de sus beneficiarios?
No se consultó el texto del reglamento de la Ley 31458, por ese motivo tenemos algunas observaciones que ya hicimos llegar al Midis. También en la Ley hay puntos que tienen que modificarse. Mientras eso ocurre el gobierno se comprometió a publicar un decreto de urgencia con un presupuesto de 125 millones para las ollas comunes. Eso nosotros le pedimos, ya que somos una organización social de base, es decir que el presupuesto salga directamente para las ollas comunes. Planteamos que el dinero llegue mediante una tarjeta electrónica, pueden repartirlas en cada distrito donde exista una olla común a través del personal del ejército o de la iglesia. Los primeros días del mes de julio el Ministerio de Economía debería aprobar el presupuesto.
Además de promocionar la agricultura orgánica ¿podrían comprar directamente al agricultor?
Así es, nuestra meta es promocionar la agricultura agroecológica, porque es la única forma de cuidar el medio ambiente y también poder comer un alimento sano. También con este presupuesto beneficiar a los pequeños agricultores, es decir comprarles directamente a ellos, de la chacra a las ollas comunes.